Por Olenka Kautz.
El único límite para la creación de más y mejores videojuegos ha sido la creatividad. Para ello, quienes los desarrollan, tienen que recurrir a sus mejores recuerdos y momentos únicos a fin de explotar al máximo su imaginación y contar impresionantes historias. Una consola puede llegar a adquirir gran valor sentimental por ser parte de una experiencia de vida inigualable, en el que los pequeños podrán recordar el recibirla como regalo especial.
Para los pequeños de Make-A-Wish México, los videojuegos van más allá de la emoción del nuevo juguete, ya que representan una ocasión para compartir en familia y una forma de escapar de situaciones cotidianas que dificultan su día a día, como los múltiples exámenes médicos y los tratamientos.
El recibir un regalo para tener momentos especiales con papás, hermanos y amigos, es incomparable y puede ayudar a los pequeños y sus familias a estar más unidos y animados para enfrentar de mejor forma sus padecimientos.
Es así que la emoción de un niño al tener una videoconsola es incomparable, es un deseo hecho realidad que Make-A-Wish México hizo posible con Alan de 11 y Missael de 15 años.
Para un pequeño sonriente como Alan, diagnosticado con anemia depranocítica, Ibero y 50Friends lo llevaron a visitar lugares que no imaginó que pudieran hacerlo sentirse parte del mundo gamer.
Missael, quien padece leucemia, es bastante inquieto, busca divertirse constantemente y qué mejor que hacerlo con sus videojuegos favoritos. Además de su consola, recibió algunos juegos de fútbol, zombies y acción, ¡estaba ansioso por estrenarlos con su familia!
Make-A-Wish reconoce el valor de los deseos cumplidos y los efectos positivos de la emoción al ser, tener, ir, hacer o dar lo que la imaginación de un niño pueda crear. Hagamos de los deseos una realidad y demos esperanza a los niños de México.