Por Sara Campos.
En México cerca de 20 mil personas, de entre 20 y 40 años, viven con esclerosis múltiple; sin embargo, para muchas de ellas tuvieron que pasar hasta diez años para ser diagnosticadas, debido a que los síntomas primarios de dicha enfermedad son confusos, provocando que el paciente no acuda de inmediato con el neurólogo.
En el marco del Día Mundial de la Esclerosis Múltiple, el Dr. Carlos Pla Casamitjana, médico neurólogo y gerente médico de Neurociencias de Roche México, explicó que la “esclerosis múltiple es una enfermedad neurodegenerativa que afecta la comunicación que hay entre el cerebro y el resto del cuerpo”.[i]
Agregó que este padecimiento es “autoinmune, lo que lleva al sistema inmunológico a destruir la vaina de mielina, que es la capa que recubre las neuronas y que favorece la conducción de los impulsos nerviosos.[ii] Esto provoca lesiones en el cerebro, las cuales, dependiendo la región cerebral afectada, causan un daño que puede volverse irreversible y se manifiesta como una falla en alguna función de otro órgano o alguna función cerebral[iii].
Los primeros síntomas de la enfermedad, de acuerdo con el especialista, pueden ser hormigueo, trastornos en la sensibilidad, alteraciones del equilibrio, temblor involuntario, rigidez,[iv] pérdida de visión parcial o completa, balbuceo y sensaciones de choques eléctricos que se producen con ciertos movimientos del cuello.[v] Estos suelen aparecer en forma simultánea o por separado y pueden ser leves, moderados o severos.
Una vez que el paciente es diagnosticado, es importante determinar el subtipo de la enfermedad que padece ya que esto es vital para brindarle un tratamiento seguro, eficaz y que detenga o controle la progresión de la enfermedad.[vi]
“La esclerosis múltiple tiene varios subtipos que son clasificados como: esclerosis múltiple recurrente-remitente (EMRR), que es la forma de inicio en el 85% de los casos y en la cual se producen recaídas (brotes o recurrencias), seguidos de etapas de estabilización de duración variable (días o meses); la secundaria progresiva (EMSP), la cual precede a la forma remitente-recurrente y que puede desarrollar un aumento progresivo de la discapacidad, frecuentemente con recaídas superpuestas y sin períodos definidos de remisión”.
“Otro subtipo es la esclerosis múltiple primaria progresiva (EMPP), la cual es la forma de inicio de entre el 10-15% de los pacientes, y se caracteriza por la ausencia de brotes definidos, con un comienzo lento y un empeoramiento constante de los síntomas y de la discapacidad”, explicó el Dr. Pla Casamitjana.
Es importante resaltar la necesidad de optimizar el acceso a las terapias, ya que el tratamiento oportuno y de alta eficacia en los primeros años desde el diagnóstico, permitirá aprovechar la ventana terapéutica en la que es posible detener la progresión de la enfermedad.
De acuerdo con el Dr. Carlos Pla, “para que un paciente tenga una óptima calidad de vida, es importante que éste se haga responsable de su enfermedad y tome un papel activo en su cuidado y búsqueda de grupos de apoyo, ya que, al padecer una enfermedad progresiva e incapacitante, es necesario que tenga un mayor conocimiento de ella, lo que a su vez evitará que la calidad de vida de los cuidadores se vea afectada de forma drástica”.[vii]
Para finalizar, el especialista hizo un llamado para que las personas con síntomas de alerta de la enfermedad sean proactivos y acudan a un médico neurólogo especialista para que se realicen los exámenes pertinentes que descarten o confirmen un diagnóstico de esclerosis múltiple.