Fidelización e inclusión financiera, dos de los muchos beneficios encontrados por las cadenas de retailers de México y América Latina a la hora de invertir en sus propias plataformas de pago.
La industria de pagos vive una ebullición sin precedentes tras la aceleración digital que potenció la pandemia, un fenómeno que ya muestra sus efectos en el mundo del retail. Junto con el crecimiento del ecommerce y el cambio de hábitos de los consumidores, se estableció una bisagra para los comercios: quienes no ofrezcan soluciones de aceptación de pagos robustas, flexibles y con una gran experiencia de usuarios pierden ventas y clientes.
En México, de acuerdo con Statista se estima que el valor total de la transacciones de pagos digitales en este año alcance cerca de 54 mil millones de dólares. Buena parte de este aumento se debe a la acelerada migración a esquemas de e-commerce de grandes retailers y pequeños negocios por igual. De hecho, según un estudio publicado por Visa, México fue uno de los tres países que registró un aumento proporcionalmente mayor en pagos digitales en 2020 respecto de 2019.
En el resto de América Latina el fenómeno es similar, aunque con variaciones interesantes por país. Este agosto, Visa anunció que el 25% de los pagos que procesa en la región ya son sin contacto, con intervalos de adopción muy altos en Chile (50%) o Colombia y Perú (40%). Del mismo modo crecen la adopción de QR y de tecnologías más novedosas como Tap To Phone, que convierten a un teléfono celular en una terminal de pagos.
Esta diversificación de los métodos de pago supone un desafío para el comercio mayorista y minorista, pero también una enorme oportunidad. Las plataformas digitales son el vehículo ideal para integrar beneficios, obtener información valiosa, generar historial de pagos, hacer más ágil el proceso de venta e incluso fortalecer la seguridad de cada uno de los pagos.
Uno de los casos de éxito más relevantes en Latam, es el de uno de los principales retails de Chile, SMU, quien junto con Geopagos, la empresa referente en la región en la creación de plataformas y redes digitales, lanzaron la solución Club Alvi de pagos para que los comercios y almacenes socios puedan ofrecer pagos con tarjetas, optimizando la gestión de su negocio y transformando la experiencia de compra de sus clientes.
En Estados Unidos y Europa, esta tendencia lleva ya algunos años. Walmart tiene su propia app de pagos -Walmart Pay-, con beneficios exclusivos y además una solución para comprar precios y obtener reembolsos en caso de encontrar precios inferiores en otras tiendas. Lo mismo Target, Starbucks, Macy’s, Dunkin Dounts o CVS.
En México, algunos grandes retailers como Coppel y Liverpool también han optado recientemente por desarrollar sus propias apps de pagos, mejorando el tiempo de espera en filas, e integrando todos sus servicios en una sola plataforma en formato de app móvil.
El mercado de los pagos digitales está evolucionando aceleradamente y América Latina no es la excepción. En la medida en que los competidores más ágiles en la industria del retail se preparen para ofrecer soluciones de pago convenientes y que ofrezcan un valor agregado a la experiencia de compra, las cadenas latinoamericanas serán capaces de competir con sus contrapartes y los jugadores más grandes en los próximos años.