Guía para completar tu carrera universitaria con éxito

Por: Valeria Porto, Directora de Recursos Humanos para PayPal América Latina

 

Completar una carrera universitaria es, en sí misma, una experiencia desafiante, donde el estudiante tiene que estar dispuesto a dar lo mejor de su capacidad. Es importante comprender que la universidad exige un enfoque y actitud distintas a las que podría tener un estudiante en la preparatoria. En México, hay aproximadamente 2.9 millones de alumnos cursando una licenciatura o un grado técnico y de éstos solo 435 mil logran egresar1.

Estudiar una carrera universitaria provee la oportunidad para desarrollar hábitos para aprovechar de mejor forma el tiempo y recursos, es decir, es un ensayo para la vida. Para lograrlo con éxito, es indispensable ser eficiente en las siguientes áreas:

Organización y hábitos de estudio: Si vemos a detalle los consejos básicos para lograr que la vida universitaria sea lo más provechosa posible, encontraremos que lo peor que le puede ocurrir a un estudiante universitario es ser desorganizado, ya que debe abrir su mente a diversos conocimientos y enfocar su atención en materias variadas. Por tanto, las clases requieren más dedicación, madurez y compromiso, pues, a fin de cuentas, se trata de aplicar lo aprendido para ganarse la vida.

 

Lo primordial es organizar el tiempo para estudiar, basado en las materias o clases del semestre. En verdad es una gran recomendación respectar las horas que se tienen asignadas para estudiar. En este sentido, se puede aprovechar el calendario digital para organizar el tiempo de clases y de estudio. Uno de los enemigos principales del hábito de estudio es la “procrastinación”, que básicamente es dejar una tarea que puedes realizar en ese momento para después. El ambiente de estudio también es importante. Ya sea una habitación o una biblioteca, el lugar debe ser cómodo, con buena iluminación y temperatura, que fomente la concentración y facilite el proceso de aprendizaje.

Administración de recursos: Ser organizado va de la mano con ser disciplinado. Es cuestión de distribuir las horas del día que tenemos entre clases, y aprovechar, de manera estructurada, cada espacio de tiempo. Por ejemplo, si entre dos clases hay tres horas disponibles, podrían utilizarse para estudiar, para preparar los proyectos solicitados o para repasar previo a un examen. El primer año es crucial, debido a que las exigencias académicas son mayores, y el ambiente universitario es muy diferente al de escuela superior por el choque de ideas y personalidades diversas.

Existen aplicaciones que ayudan al universitario a organizar su tiempo para estudiar, así como para bloquear distracciones, por ejemplo Study Checker, HomeWork, AnyDo y Studious2. En general, es muy conveniente asignar varias horas diarias para estudiar y alternar con breves periodos de descanso, para así evitar la fatiga mental.

Relaciones indicadas: La vida universitaria será más llevadera y productiva si el estudiante se esfuerza en entablar amistades y desarrollar lazos de colaboración, los cuales son ideales para el trabajo en equipo y para generar relaciones que pueden resultar en oportunidades laborales más adelante.

Otra buena idea puede ser adentrarse al ámbito profesional desde la universidad. Por ejemplo, hoy en día, las grandes empresas de tecnología y fintech están buscando talento nuevo para seguir creciendo. Al considerar que México se encuentra entre los primeros seis lugares de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OECD)3 por alumnos que ingresan a las áreas de estudio de Ciencia y Tecnología, no es mala idea comenzar a adquirir experiencia laboral temprana.

Finalmente, algo muy cierto es que la universidad forma y transforma, pero dependerá de cada estudiante el esforzarse en completar su carrera y convertirse en un profesional exitoso.

 

 

Notas:

  1. Estadística básica de la educación superior, (SEP, 2014-2015)
  2. Para más información sobre estas aplicaciones, referirse a los links incluidos en el texto
  3. Panorama de la Educación 2017, (OECD, 2017)
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