«Cuenta Regresiva»… Mundo Perdido

Por: Andrea Rivera Ortega* 

El Cambio Climático es un problema que ha adquirido fuerza y que representa un grave riesgo para la salud pública. La tierra ha aumentado su temperatura, los glaciares se han encogido, el hielo de los ríos y lagos se está derritiendo antes de tiempo y los hábitats de platas y animales han cambiado desde el último siglo.

Nuestro mundo está en constante comunicación con nosotros, nos grita por ayuda y solemos hacer caso omiso. Son muchos los efectos del cambio climático en el planeta, pero sin duda alguna, el peor síntoma de este problema es la indiferencia del ser humano. A medida que la población, las economías y el nivel de vida de las personas crece, también crece el nivel acumulado de emisiones de los gases de efecto invernadero (GEI), el mayor enemigo del planeta.

Estos gases se producen de manera natural y son esenciales para la supervivencia de todos los seres vivos, ya que impide que una parte del calor del sol se propague hacia el espacio, lo que hace a la tierra un sitio habitable.  Con más de un siglo y medio de industrialización avanzada, deforestación masiva y agricultura a gran escala, las cantidades de gases de efecto invernadero en la atmósfera se han incrementado en niveles nunca vistos por el hombre, en al menos tres millones de años.

Científicos de la NASA han asegurado que este tipo de concentración tan alta de GEI en la atmósfera es la causa del incremento de las temperaturas de la tierra.

De acuerdo con los datos publicados el año pasado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU, son diferentes los tipos de contaminación que dañan al planeta y a todos los seres vivos que habitamos en ella; se estima que el año 2019 cerca del 90% de la población mundial ha estado expuesta a concentraciones de PM2,5 (materia particulada en el aire), lo que se relaciona de manera clara con el riesgo de enfermar o morir por enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cáncer a causa de la contaminación del planeta.

A pesar de suponer que los niveles de contaminación se reparten de manera homogénea alrededor del mundo, datos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) refieren que las poblaciones con los niveles más altos de contaminación (y por ende, mayores enfermedades) son los países del Sur y Sudeste de Asia y de África Central porque su calidad de vida es más baja que los países centralizados; por otro lado, la población europea se encuentra expuesta constantemente a concentraciones medias anuales de partículas finas (PM2,5) mayores a la media normal (más de 74% a comparación de otras zonas del planeta).

¿POR QUÉ MUERE NUESTRO PLANETA?

La causa principal del cambio climático es el calentamiento global, dado que conlleva a múltiples consecuencias negativas en los sistemas físicos, biológicos y humanos. La atmósfera está compuesta por diversos gases que sirven para mantener la vida en la tierra, el problema surge cuando las actividades del ser humano aumentan la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera y ésta retiene más calor del necesario, provocando que las temperaturas se eleven y se produzca lo que se conoce coloquialmente como “calentamiento global”.

El Dióxido de Carbono (CO2), el Metano (CH4), el Ozono troposférico y el Óxido de Nitrógeno son principalmente provocados por la quema de combustibles fósiles para generar electricidad, transporte, calefacción y para mantener a las industrias a flote. Estos gases también son provocados muchas veces por la ganadería, la agricultura, el tratamiento de aguas residuales y los vertederos. Se estima que hoy somos más de 7.700 millones de personas en el mundo y se espera un crecimiento mayor durante las próximas décadas, lo que se resume en una población cada vez más numerosa que necesita aún más recursos acelerando el aumento de la emisión de gases de efecto invernadero en todos los procesos de producción.

En los últimos 10 años, se han destruido al menos 13 millones de hectáreas de bosques naturales, lo cual ha afectado de manera significativa la cantidad de Dióxido de carbono almacenado en el planeta, ya que, como sabemos, los árboles son los encargados de generar oxígeno al momento de absorber el CO2 durante el proceso de la fotosíntesis; si continuamos haciendo desaparecer las zonas forestales del planeta, terminaremos por extinguir el oxígeno restante de nuestro mundo y, por ende, en algún punto de nuestra existencia, la tierra dejará de ser el un lugar habitable para los seres vivos que habitamos en ella.

Los datos de la OMS indican que durante la presente década se pueden producir cerca de 250.000 muertes a causa del cambio climático, por lo que plantear estrategias que fomenten la transición hacia un modelo de movilidad verde son decisivos para la salud de los colectivos más vulnerables.

El mundo se encuentra en peligro, nos encontramos en un punto decisivo para tomar el control y afrontar el cambio climático.

 

*Andrea Rivera Ortega, estudiante de la Universidad Latinoamericana, de la Lic. Comunicación y Relaciones Públicas.
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