La característica de transversalidad de las tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC) ha generado que, como otros servicios derivados de infraestructuras como la energía eléctrica, se hayan convertido en un elemento sine qua non del conjunto de la sociedad y del aparato económico.
Uno de los sectores más favorecidos y con mayor potencial de adopción es el educativo. Así, la simbiosis de la educación y las TIC, se ha vuelto esencial para la labor de enseñanza de los poco más de dos millones de educadores en México (INEGI) con los que en breve celebraremos en el #DíaDelMaestro2022.
Con una pandemia más que bienal y la amenaza en ciernes de retomar un mayor confinamiento, apremia que el derecho a la educación consignado en nuestro Artículo 3 constitucional acentúe su carácter contemporáneo, de educación digital.
Entre los eslabones de esta cadena educativa digital, claramente deben estar el acceso universal a dispositivos, herramientas y plataformas, la cobertura de banda ancha, contenidos, así como el desarrollo pleno de habilidades digitales para, tanto los estudiantes como los maestros, logren maximizar el aprovechamiento del proceso de aprendizaje.
Hoy que prácticamente la totalidad de los estudiantes son usuarios de un smartphone, se abre ahí una ventana de oportunidad educativo-tecnológica, una suerte de Pocket Classroom, en el que precisamente, estos dispositivos se constituyan en salones de clase de bolsillo, portátiles o móviles.[1]
La crisis pandémica ha resultado en una suerte de ‘empujón digital’, aceleración o intensificación en la apropiación y aprovechamiento de las TIC para la educación. No obstante, la insuficiencia de acceso y desconocimiento del uso de estas continúa siendo una causa para la deserción escolar y la interrupción de estudios, entre otros efectos perniciosos.
La “Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación” (ECOVID-ED) del INEGI contabilizó 32.9 millones de estudiantes entre 3 y 29 años inscritos en el ciclo escolar 2020-2021; entre ellos 91.9% dispuso de un smartphone en el hogar, 64.8% con conexión a internet fijo, 36.5% de una computadora portátil y 20.5% de una computadora de escritorio y 21.2% de una Tablet.
El carácter democratizador de las tecnologías contemporáneas viene cerrando las brechas de acceso a la conectividad.
Sin embargo, 35.2% de los estudiantes inscritos careció de internet fijo en su vivienda, principalmente por sus limitados recursos económicos (74.1%), por falta de infraestructura en su localidad (10.8%) y, desinterés o desconocimiento de su uso/utilidad (9.2%).
Precisamente, la carencia de una computadora, otro dispositivo o de conexión a internet provocó la no conclusión del ciclo escolar 2019-2020 para 17.7% de los 265 mil estudiantes inscritos pero que no concluyeron sus estudios. Mientras que esta fue la razón para que 21.9% de los 3.3 millones de estudiantes no continuaran inscritos en el año escolar 2020-2021.
También la ECOVID-ED reporta que durante el ciclo escolar 2020-2021, se utilizaron en lo principal smartphones (64.3% del total de estudiantes inscritos), computadoras portátiles (18.0%) y de escritorio (6.5%) para las actividades escolares o el aprendizaje a distancia. Sólo un tercio (33.3%) contaron con un dispositivo de uso exclusivo, 61.6% lo compartieron con otras personas de su vivienda y 2.8% lo tuvo que pedir prestado o rentarlo para su uso para fines académicos.
Para hacerse de uno de estos dispositivos esenciales para la educación digital, 45.3% tuvo que realizar un gasto no contemplado para comprar un smartphone, 41.9% para contratar el servicio de internet fijo, 22.7% para comprar una computadora de escritorio o laptop y 8.1% para adquirir una Tablet.
Hoy disponer de TIC habilita la posibilidad de que los estudiantes continúen y refuercen su proceso de aprendizaje en tiempos pandémicos. De ahí, la esencialidad de que tanto alumnos como maestros tengan acceso y conozcan el funcionamiento de dispositivos y herramientas tecnológicas.
La educación es causa y consecuencia del desarrollo integral de una sociedad. En este #DíaDelMaestro2022 toca reconocer el mérito que tiene la dedicación a la enseñanza por parte de los educadores, así como su capacidad de adaptar las capacidades pedagógicas a las tecnológicas.