Atletas extraordinarios: zoom a algunas anécdotas de Lorenza O’Farrill
Por Said Pulido
Recientemente tuvimos la oportunidad de charlar con Lorenza O’Farril, uno de los rostros más conocidos de la equitación profesional en México y una de las mexicanas que participará en los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Aquí algunas de sus respuestas a temas relacionados con su deporte y su vida personal, con las cuales desea inspirar a muchas personas a no dejar de trabajar para alcanzar sus sueños.
Háblanos un poco acerca de tus inicios en la equitación…
Empecé desde niña y tengo varias anécdotas relacionadas con caballos y con la equitación. Mi papá fue campeón nacional en pentatlón, así que fue una inspiración. Sin embargo, desde pequeña me gustaban mucho los caballos y los animales en general. Antes de empezar a montar, primero por placer y luego ya entrenando, yo decía que era un caballo y que quería saltar muy alto y llegar muy lejos.
Recuerdo que mis dibujos en los cuadernos de la escuela eran de caballos. Y como fui buena estudiante, siempre me dejaron montar. Tuve mi primera yegua cuando era niña y desde entonces soñaba con llegar a unos Juegos Olímpicos, con ese caballo. Es raro que desde niño crezcas, entrenes y compitas con un mismo caballo. Se ha dado, pero no es común y no fue mi caso. Sin embargo, seguí y me mantengo en este deporte con la misma pasión.
¿Es complicado desarrollar un vínculo con un caballo?
¡Yo diría que la clave es convertirse en uno! Lo he hecho durante tanto tiempo que siento que ya no es difícil, pero parte del secreto es respetar la naturaleza del caballo. Si es nervioso, así es. Si se asusta, se asusta. Respeto su personalidad y sobre eso trabajo. Se vuelve difícil cuando quieres meter un caballo a un molde que no es suyo. Debes conocer la personalidad de cada caballo y trabajar con base en ello, con un entrenamiento muy personalizado.
Hay ciertas bases para trabajar con caballos, pero los entrenamientos deben adaptarse a cada personalidad e incluso planear las competencias en torno a su personalidad, edad, etc. Cada caso es único y debe ser un traje a la medida. Es complejo y requiere conocimientos y muchos años de preparación.
¿Cuántos años toma formar un caballo para que pueda competir a nivel internacional?
Es un proceso que lleva muchos años. Por ejemplo, actualmente tengo tres caballos con los que compito. Calvira lleva tres años conmigo. Llegó a mi porque no se entendía bien con su dueño anterior. Es muy sensible y estaba un poco maleducada, pero con fe y mucho trabajo se van dando las cosas. Con ella espero participar en Tokyo 2020. Queens Darling va a cumplir seis años con nosotros; primero fue de mi esposo, pero desde como cuatro años es mío.
Por último, Vecino fue cocreado con nosotros, ya que mi esposo tiene un criadero. Lo tenemos desde hace siete años y además de que ya ha dado mucho creo que puede dar mucho más. En un principio yo pensaba que Vecino no tenía para esto, pero lo dejé de presionar, le di su espacio y de repente él mismo parecía pedir que lo sacara más a competencias. No se entrena igual con cada caballo, ni me gusta forzarlos para competir hasta que no siento que están listos, física y mentalmente.
¿Cuál es el secreto, o cuál es tu secreto para saltar bien?
Saltar a caballo implica un gran esfuerzo físico. No es solamente montar y ya. Desde mi punto de vista, y algo que me ha funcionado, saltar no solo exige concentración y coordinación, sino de comprometer todo el torso. Poca gente lo hace o lo hace bien, y creo que la clave es usar todo el cilindro del cuerpo. Si no lo haces, si no aprietas bien el abdomen y te conviertes en una extensión de tu caballo, difícilmente podrás tener buenos saltos.
Yo de niña también hice artes marciales, entonces siempre he tenido muy presentes los conceptos de concentración, coordinación y visualización. Allá son importantes, en la equitación también. Y realmente también tiene que ver con comprometer todo tu cuerpo y toda tu mente. Para mí, ha marcado una diferencia.
No faltará quien piense que montar a caballo es fácil. Háblanos de la preparación que implica practicar este deporte…
La gente tiene que entender que en una competencia ves un caballo minuto y medio, pero han sido años de preparación y hay un equipo muy grande detrás de cada jinete: caballerango (la persona que te ayuda a cuidar al caballo), entrenador para el caballo, herrero, veterinario, entrenador físico para el jinete, psicólogo, nutriólogo, etc. Un equipo multidisciplinario de profesionales es lo que hace toda la diferencia.
Somos atletas de alto rendimiento. Yo entreno alrededor de seis horas al dia, montando. Pero también tengo sesiones de terapia física, ya que hace algunos años tuve una cirugía en la columna, un programa de acondicionamiento y actividades como meditación, trabajo de fuerza, visualización, estiramiento, etc. Dedico alrededor de 10 horas al día a todo esto, entonces es como un trabajo de tiempo completo. Hay cosas que no siempre se ven, pero que son parte de nuestra rutina.
En tus competencias a la fecha, ¿cuál ha sido tu mayor logro?
Llegar a la final de la Copa del Mundo en Gotemburgo, Suecia, en 1993. Es un circuito que lideran europeos y norteamericanos, así que fue un gran logro. Yo llevaba un par de años saltando en eventos Grand Prix y mi sueño era estar entre las 20 mejores del mundo. Aunque no me fue muy bien el primer día de la competencia, me recuperé y terminé en décimo lugar. Fue muy emocionante y muy importante para mí.
Otro gran logro fue poder regresar a un nivel competitivo luego de un golpe que me dio un caballo y que posteriormente requirió una operación en la columna.
Cuéntanos los detalles acerca de tu operación de columna…
Tuve la operación en 2015, luego de un accidente al concluir una competencia. Ese día, luego de terminar mi participación en un evento en Valle de Bravo, me quité las botas y fui a ver a mi esposo, que estaba a punto de competir. En eso, unos caballos iban saliendo de una premiación y uno de ellos se detuvo y me pateó. Me desmayé del dolor y después me enteré que una vértebra se desvió 25 grados, lo cual es mucho. Con el paso del tiempo las cosas empeoraron y fue necesaria una operación.
Fueron meses de complicaciones… Me costaba mucho trabajo salir de la cama, me movía a gatas, no podía estar de pie por el dolor, etc. Se me dormían las piernas y otras partes del cuerpo, y sufrí ruptura muscular y desgarre de tendón. Hacía mucha terapia y ejercicios de rehabilitación y pese a todo esto logré formar parte del equipo para el Mundial de Equitación de Normandía en 2014, pero por el dolor y otras complicaciones no pude saltar. Fue entonces que me animé a operarme.
Si tienes un problema de salud, si algo te molesta, si algo no está bien, ve al doctor. No te acostumbres al dolor. No hay nada más importante que la salud. A la fecha sigo en terapia física, sigo en recuperación, pero puedo saltar y competir de nuevo, tras este desafortunado accidente que no estuvo directamente relacionado con mi participación en una competencia o con mis entrenamientos.
¿Metas deportivas por cumplir?
Una medalla en Juegos Panamericanos y una medalla en Juegos Olímpicos. Se dice fácil, pero llevo décadas en este deporte. Ya estoy en equipo que competirá en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, panamericano, donde una victoria podría darnos como equipo el pase a los Juegos Olímpicos. Me encantaría lograrlo, ya que es el sueño de todo atleta, y ganar una medalla. Sería un gran honor.
¿Qué te motiva e inspira a seguir en la equitación?
Lograr una conexión con los caballos es un sentimiento inigualable. Y entrenar me lleva a un mundo propio en el que me adentro; se convierten en el mejor lugar del planeta para mí. Así lo siento y eso significa la equitación para mí, un deporte que practico con mucho amor, con mucha pasión y con una entrega total.
También trabajo con caballos y verlos crecer causa mucha ilusión, tanto en el sentido de edad y tamaño como en lo relacionado con entrenamientos y habilidades. Pensar en qué tan lejos puede llegar un caballo me motiva, pensar cómo hacer que confíe en mí, cómo lograr una mayor conexión, etc. Encontré mi pasión de vida desde niña y soy muy afortunada en ese sentido. Hay gente que vive y nunca encuentra esa pasión, ese motor. Yo soy feliz por hacer lo que me gusta y lo que me apasiona.
¿Qué opinas del estado de la equitación competitiva en México?
Está creciendo como deporte, está mucho mejor que antes … y es algo que incluso se ve en el ranking. Hay varios jinetes han tenido muy buenos resultados en años recientes. Los resultados en concursos fuera de México hablan por sí mismos.
Es posible seguir creciendo y de hecho, a través de la Federación Ecuestre de México, hay un programa más claro y más estructurado, a corto plazo y también pensando a futuro. Se está trabajando mucho con jinetes jóvenes, para que adquieran experiencia, y hay más convivencia y cercanía entre todos nosotros. Es emocionante y es impresionante ver tanto talento.
Antes había mucha rivalidad, pero hoy está claro en las competencias tenemos que pensar en el equipo y en México, y que compita quien realmente esté listo y en mejor condición — tanto el jinete como el caballo. Yo misma he optado por no participar en algunas competencias por no sentirme lista, cediendo mi lugar a alguien más. Ha costado trabajo, pero los logros han abierto mentes y vamos por más.
Algo que disfrutes hacer en tu tiempo libre…
El deporte de alto rendimiento te absorbe mucho, así que es importante tener un escape para la mente. Me encanta leer. Leo mucho. Mis lecturas tienen que ver con ciencia, temas eclécticos, música, etc. También me gusta escribir y salir de la rutina, en la medida de lo posible.
¿Cuál es tu filosofía de vida?
Mi motor interno, más allá del amor por mi familia y por la equitación, es hacer bien las cosas. Si hago bien las cosas eso ayuda a que las personas a mi alrededor estén bien. Me preocupo por mi bienestar, por el bienestar de los demás. Estoy convencida de que todos somos maestros y de que nunca dejamos de aprender. Incluso si alguien hace algo que no nos gusta, eso te enseña una lección. Y si alguien hace cosas que te sorprenden, eso también te enseña mucho. Siempre hay que estar alertas y abiertos para absorber cosas buenas y ser mejores personas.
Finalmente, ¿qué opinas de que cada vez más personas de todas las edades busquen una estilo de vida más sano, que muestren interés por los temas de fitness y que se preocupen por el cuidado del medio ambiente?
¡Me parece genial que más gente tenga presentes estos temas! Antes que nada, estoy convencida de que debemos ser agradecidos por lo que tenemos y de que hoy más que nunca es muy importante cuidar al planeta.
Por otra parte, en la mayoría de los casos, somos un reflejo de lo que hacemos con nuestro cuerpo y de lo que ingerimos. Lo que comemos es nuestra gasolina, así que procuremos que sea de buena calidad. Y más allá de vigilar lo que ingerimos, debemos también cuestionar de dónde viene y cómo se obtuvo lo que llega a nuestro plato. En cuanto al ejercicio, es el complemento idóneo para nuestra dieta, y ha sido parte de mi vida desde que tengo memoria.
¡Muchas gracias por esta entrevista y mucho éxito en tus próximas competencias!
Entrevista realizada durante la Longines FEI Jumping Nations Cup 2019 en Langley (British Columbia), Canadá.
Dato interesante: México ha obtenido seis medallas en equitación en Juegos Olímpicos, tres en Londres 1948 y tres en Moscú 1980.
1948 – Oro: Humberto Mariles (Salto Individual)
1948 – Oro: Humberto mariles, Rubén Uriza y Alberto Valdés (Salto por Equipo)
1948 – Plata: Rubén Uriza (Salto Individual)
1980 – Bronce: Joaquín Pérez (Salto Individual)
1980 – Bronce: David Bárcena, Manuel Mendivil, José Luis Pérez y Fabián Vázquez (Concurso Combinado)
1980 – Bronce: Jesús Gómez, Joaquín Pérez, Gerardo Tazzer y Alberto Valdés Junior (Salto por Equipo)
Por Said Pulido
Recientemente tuvimos la oportunidad de charlar con Lorenza O’Farril, uno de los rostros más conocidos de la equitación profesional en México y una de las mexicanas que participará en los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Aquí algunas de sus respuestas a temas relacionados con su deporte y su vida personal, con las cuales desea inspirar a muchas personas a no dejar de trabajar para alcanzar sus sueños.
Háblanos un poco acerca de tus inicios en la equitación…
Empecé desde niña y tengo varias anécdotas relacionadas con caballos y con la equitación. Mi papá fue campeón nacional en pentatlón, así que fue una inspiración. Sin embargo, desde pequeña me gustaban mucho los caballos y los animales en general. Antes de empezar a montar, primero por placer y luego ya entrenando, yo decía que era un caballo y que quería saltar muy alto y llegar muy lejos.
Recuerdo que mis dibujos en los cuadernos de la escuela eran de caballos. Y como fui buena estudiante, siempre me dejaron montar. Tuve mi primera yegua cuando era niña y desde entonces soñaba con llegar a unos Juegos Olímpicos, con ese caballo. Es raro que desde niño crezcas, entrenes y compitas con un mismo caballo. Se ha dado, pero no es común y no fue mi caso. Sin embargo, seguí y me mantengo en este deporte con la misma pasión.
¿Es complicado desarrollar un vínculo con un caballo?
¡Yo diría que la clave es convertirse en uno! Lo he hecho durante tanto tiempo que siento que ya no es difícil, pero parte del secreto es respetar la naturaleza del caballo. Si es nervioso, así es. Si se asusta, se asusta. Respeto su personalidad y sobre eso trabajo. Se vuelve difícil cuando quieres meter un caballo a un molde que no es suyo. Debes conocer la personalidad de cada caballo y trabajar con base en ello, con un entrenamiento muy personalizado.
Hay ciertas bases para trabajar con caballos, pero los entrenamientos deben adaptarse a cada personalidad e incluso planear las competencias en torno a su personalidad, edad, etc. Cada caso es único y debe ser un traje a la medida. Es complejo y requiere conocimientos y muchos años de preparación.
¿Cuántos años toma formar un caballo para que pueda competir a nivel internacional?
Es un proceso que lleva muchos años. Por ejemplo, actualmente tengo tres caballos con los que compito. Calvira lleva tres años conmigo. Llegó a mi porque no se entendía bien con su dueño anterior. Es muy sensible y estaba un poco maleducada, pero con fe y mucho trabajo se van dando las cosas. Con ella espero participar en Tokyo 2020. Queens Darling va a cumplir seis años con nosotros; primero fue de mi esposo, pero desde como cuatro años es mío.
Por último, Vecino fue cocreado con nosotros, ya que mi esposo tiene un criadero. Lo tenemos desde hace siete años y además de que ya ha dado mucho creo que puede dar mucho más. En un principio yo pensaba que Vecino no tenía para esto, pero lo dejé de presionar, le di su espacio y de repente él mismo parecía pedir que lo sacara más a competencias. No se entrena igual con cada caballo, ni me gusta forzarlos para competir hasta que no siento que están listos, física y mentalmente.
¿Cuál es el secreto, o cuál es tu secreto para saltar bien?
Saltar a caballo implica un gran esfuerzo físico. No es solamente montar y ya. Desde mi punto de vista, y algo que me ha funcionado, saltar no solo exige concentración y coordinación, sino de comprometer todo el torso. Poca gente lo hace o lo hace bien, y creo que la clave es usar todo el cilindro del cuerpo. Si no lo haces, si no aprietas bien el abdomen y te conviertes en una extensión de tu caballo, difícilmente podrás tener buenos saltos.
Yo de niña también hice artes marciales, entonces siempre he tenido muy presentes los conceptos de concentración, coordinación y visualización. Allá son importantes, en la equitación también. Y realmente también tiene que ver con comprometer todo tu cuerpo y toda tu mente. Para mí, ha marcado una diferencia.
No faltará quien piense que montar a caballo es fácil. Háblanos de la preparación que implica practicar este deporte…
La gente tiene que entender que en una competencia ves un caballo minuto y medio, pero han sido años de preparación y hay un equipo muy grande detrás de cada jinete: caballerango (la persona que te ayuda a cuidar al caballo), entrenador para el caballo, herrero, veterinario, entrenador físico para el jinete, psicólogo, nutriólogo, etc. Un equipo multidisciplinario de profesionales es lo que hace toda la diferencia.
Somos atletas de alto rendimiento. Yo entreno alrededor de seis horas al dia, montando. Pero también tengo sesiones de terapia física, ya que hace algunos años tuve una cirugía en la columna, un programa de acondicionamiento y actividades como meditación, trabajo de fuerza, visualización, estiramiento, etc. Dedico alrededor de 10 horas al día a todo esto, entonces es como un trabajo de tiempo completo. Hay cosas que no siempre se ven, pero que son parte de nuestra rutina.
En tus competencias a la fecha, ¿cuál ha sido tu mayor logro?
Llegar a la final de la Copa del Mundo en Gotemburgo, Suecia, en 1993. Es un circuito que lideran europeos y norteamericanos, así que fue un gran logro. Yo llevaba un par de años saltando en eventos Grand Prix y mi sueño era estar entre las 20 mejores del mundo. Aunque no me fue muy bien el primer día de la competencia, me recuperé y terminé en décimo lugar. Fue muy emocionante y muy importante para mí.
Otro gran logro fue poder regresar a un nivel competitivo luego de un golpe que me dio un caballo y que posteriormente requirió una operación en la columna.
Cuéntanos los detalles acerca de tu operación de columna…
Tuve la operación en 2015, luego de un accidente al concluir una competencia. Ese día, luego de terminar mi participación en un evento en Valle de Bravo, me quité las botas y fui a ver a mi esposo, que estaba a punto de competir. En eso, unos caballos iban saliendo de una premiación y uno de ellos se detuvo y me pateó. Me desmayé del dolor y después me enteré que una vértebra se desvió 25 grados, lo cual es mucho. Con el paso del tiempo las cosas empeoraron y fue necesaria una operación.
Fueron meses de complicaciones… Me costaba mucho trabajo salir de la cama, me movía a gatas, no podía estar de pie por el dolor, etc. Se me dormían las piernas y otras partes del cuerpo, y sufrí ruptura muscular y desgarre de tendón. Hacía mucha terapia y ejercicios de rehabilitación y pese a todo esto logré formar parte del equipo para el Mundial de Equitación de Normandía en 2014, pero por el dolor y otras complicaciones no pude saltar. Fue entonces que me animé a operarme.
Si tienes un problema de salud, si algo te molesta, si algo no está bien, ve al doctor. No te acostumbres al dolor. No hay nada más importante que la salud. A la fecha sigo en terapia física, sigo en recuperación, pero puedo saltar y competir de nuevo, tras este desafortunado accidente que no estuvo directamente relacionado con mi participación en una competencia o con mis entrenamientos.
¿Metas deportivas por cumplir?
Una medalla en Juegos Panamericanos y una medalla en Juegos Olímpicos. Se dice fácil, pero llevo décadas en este deporte. Ya estoy en equipo que competirá en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, panamericano, donde una victoria podría darnos como equipo el pase a los Juegos Olímpicos. Me encantaría lograrlo, ya que es el sueño de todo atleta, y ganar una medalla. Sería un gran honor.
¿Qué te motiva e inspira a seguir en la equitación?
Lograr una conexión con los caballos es un sentimiento inigualable. Y entrenar me lleva a un mundo propio en el que me adentro; se convierten en el mejor lugar del planeta para mí. Así lo siento y eso significa la equitación para mí, un deporte que practico con mucho amor, con mucha pasión y con una entrega total.
También trabajo con caballos y verlos crecer causa mucha ilusión, tanto en el sentido de edad y tamaño como en lo relacionado con entrenamientos y habilidades. Pensar en qué tan lejos puede llegar un caballo me motiva, pensar cómo hacer que confíe en mí, cómo lograr una mayor conexión, etc. Encontré mi pasión de vida desde niña y soy muy afortunada en ese sentido. Hay gente que vive y nunca encuentra esa pasión, ese motor. Yo soy feliz por hacer lo que me gusta y lo que me apasiona.
¿Qué opinas del estado de la equitación competitiva en México?
Está creciendo como deporte, está mucho mejor que antes … y es algo que incluso se ve en el ranking. Hay varios jinetes han tenido muy buenos resultados en años recientes. Los resultados en concursos fuera de México hablan por sí mismos.
Es posible seguir creciendo y de hecho, a través de la Federación Ecuestre de México, hay un programa más claro y más estructurado, a corto plazo y también pensando a futuro. Se está trabajando mucho con jinetes jóvenes, para que adquieran experiencia, y hay más convivencia y cercanía entre todos nosotros. Es emocionante y es impresionante ver tanto talento.
Antes había mucha rivalidad, pero hoy está claro en las competencias tenemos que pensar en el equipo y en México, y que compita quien realmente esté listo y en mejor condición — tanto el jinete como el caballo. Yo misma he optado por no participar en algunas competencias por no sentirme lista, cediendo mi lugar a alguien más. Ha costado trabajo, pero los logros han abierto mentes y vamos por más.
Algo que disfrutes hacer en tu tiempo libre…
El deporte de alto rendimiento te absorbe mucho, así que es importante tener un escape para la mente. Me encanta leer. Leo mucho. Mis lecturas tienen que ver con ciencia, temas eclécticos, música, etc. También me gusta escribir y salir de la rutina, en la medida de lo posible.
¿Cuál es tu filosofía de vida?
Mi motor interno, más allá del amor por mi familia y por la equitación, es hacer bien las cosas. Si hago bien las cosas eso ayuda a que las personas a mi alrededor estén bien. Me preocupo por mi bienestar, por el bienestar de los demás. Estoy convencida de que todos somos maestros y de que nunca dejamos de aprender. Incluso si alguien hace algo que no nos gusta, eso te enseña una lección. Y si alguien hace cosas que te sorprenden, eso también te enseña mucho. Siempre hay que estar alertas y abiertos para absorber cosas buenas y ser mejores personas.
Finalmente, ¿qué opinas de que cada vez más personas de todas las edades busquen una estilo de vida más sano, que muestren interés por los temas de fitness y que se preocupen por el cuidado del medio ambiente?
¡Me parece genial que más gente tenga presentes estos temas! Antes que nada, estoy convencida de que debemos ser agradecidos por lo que tenemos y de que hoy más que nunca es muy importante cuidar al planeta.
Por otra parte, en la mayoría de los casos, somos un reflejo de lo que hacemos con nuestro cuerpo y de lo que ingerimos. Lo que comemos es nuestra gasolina, así que procuremos que sea de buena calidad. Y más allá de vigilar lo que ingerimos, debemos también cuestionar de dónde viene y cómo se obtuvo lo que llega a nuestro plato. En cuanto al ejercicio, es el complemento idóneo para nuestra dieta, y ha sido parte de mi vida desde que tengo memoria.
¡Muchas gracias por esta entrevista y mucho éxito en tus próximas competencias!
Entrevista realizada durante la Longines FEI Jumping Nations Cup 2019 en Langley (British Columbia), Canadá.
Dato interesante: México ha obtenido seis medallas en equitación en Juegos Olímpicos, tres en Londres 1948 y tres en Moscú 1980.
1948 – Oro: Humberto Mariles (Salto Individual)
1948 – Oro: Humberto mariles, Rubén Uriza y Alberto Valdés (Salto por Equipo)
1948 – Plata: Rubén Uriza (Salto Individual)
1980 – Bronce: Joaquín Pérez (Salto Individual)
1980 – Bronce: David Bárcena, Manuel Mendivil, José Luis Pérez y Fabián Vázquez (Concurso Combinado)
1980 – Bronce: Jesús Gómez, Joaquín Pérez, Gerardo Tazzer y Alberto Valdés Junior (Salto por Equipo).
Fotos de Said Pulido