El derecho que todos tenemos a los alimentos, así como el acceso a la alimentación en México y el mundo, ha sido un tema del que se ha hablado constantemente en los últimos años. Desde 1979, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) proclamó el 16 de octubre como el Día Mundial de la Alimentación, con el objetivo de crear conciencia sobre la situación que vive una parte considerable de la población mundial.
De acuerdo con la propia FAO, se estima que en 2016 el número de personas aquejadas de subalimentación crónica en el mundo alcanzó los 815 millones, 38 millones más que en 2015. En México, la última medición de pobreza del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en 2016 había 24.6 millones de mexicanos en condiciones de carencia de alimentos, es decir, poco más del 20% de la población.
Esta situación ha dado pie a la creación de distintas organizaciones, entre las que destaca ‘Alimento para Todos IAP’, un banco de alimentos que provee semanalmente paquetes nutricionales y de canasta básica a personas en condición de pobreza extrema en diversas comunidades del país. La organización trabaja en alianza con otras instituciones y compañías que buscan contribuir, a través de sus productos, a garantizar el derecho a la alimentación de los mexicanos.
Mariana Jiménez Cárdenas, Gerente de Relaciones Institucionales de Alimento para Todos, afirma que, desde su creación en 1994, este banco de alimentos ha enfocado sus esfuerzos a asegurar el acceso a alimentos a personas y poblaciones en condiciones vulnerables a través de una red de distribución que alcanza a más de 192 instituciones y 50 mil personas semanalmente divididas en los estados de Ciudad de México, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Morelos y Estado de México.
“Alimento para Todos tiene como objetivo crear un puente entre la abundancia y la necesidad. En el banco seleccionamos, clasificamos y distribuimos los alimentos que obtenemos por parte de nuestros aliados. Nuestro modelo tiene tres programas principales: Atención alimentaria, que busca favorecer el acceso a alimentos; Entrega de producto no alimenticio, que distribuye bienes básicos domésticos, y Capacitación, que enseña competencias y habilidades a beneficiarios para alimentarse mejor y adquirir mejores hábitos”, asegura Jiménez.
Alimento para Todos cuenta además con un programa de voluntariado bajo su esquema de selección y clasificación de alimentos al que contribuyen aproximadamente 45 voluntarios por semana, en el que a menudo participan instituciones y compañías aliadas.