El Dibujo, expresión natural del niño

 

Por Laila Anguiano.

 

  • Es crucial alimentar y permitir sin inhibiciones la expresión natural que deriva en el dibujo.
  • Podemos crear una Caja de Arte, con crayones, colores y plumones de colores llamativos y vibrantes, donde la diferencia es el color.

La aparición del dibujo en el desarrollo del niño tiene un gran significado en su actividad motriz, la integración de su imagen corporal y una gradual integración de los objetos de su entorno a través de la representación gráfica.

Es por ello que, los colores, los marcadores y los crayones son objetos esenciales para que el NIÑO pueda dejar una HUELLA en su mundo. A través de ello, los pequeños logran:

  • sensibilización
  • diálogo
  • interacción
  • manipulación
  • invención
  • transformación
  • desarrollo de la imaginación

 

Según Piaget, “la expresión más elemental del grafismo (dibujo) del niño es el resultado de un vaivén continuo sobre el papel, y es en este juego rítmico de movimiento en donde se diferencian las primeras formas”.  Esto ocurre de una forma progresiva desde los primeros años; así, a medida que el niño crece, requerirá una gama más amplia de herramientas para hacer posible esta huella.

A lo largo del segundo año de vida, la actividad gráfica comienza a desarrollarse a través elementos posturales y traduce características asociadas a la fuerza con la que se realizan los trazos que representan los indicios de lateralidad (zurdo o derecho). A esta edad el niño va a ejercer un control visual más preciso en la realización de sus trazos.

A los tres o cuatro años, aparecen las diferentes formas figurativas y no figurativas en el dibujo. Entonces está capacitado para darse modelos visuales a partir de imágenes o representaciones que están en su mente y comprende el valor simbólico de la imagen, es decir, que el dibujo representa un objeto que no está necesariamente presente.

La  evolución de las formas será mayor a los tres años, se dará el inicio de la forma de su cuerpo. Ya para los cuatro o cinco años le será más fácil representar su imagen corporal, objetos y vivencias en lugares distintos, a través del dibujo.

Es crucial alimentar y permitir sin inhibiciones la expresión natural que nace de sensaciones, sentimientos, imágenes e ideas individuales, mensajes, códigos, que se manifiestan en la mente, el cuerpo y el entorno. Las vivencias diarias del niño en el ámbito preescolar lo ayudan a estructurar y organizar la información sensorial e ir interpretando los símbolos del mundo que lo rodea.

El niño de tres años comienza una etapa donde aparece el desarrollo de la imaginación, que se origina porque el pequeño comienza a tomar conciencia sobre sí mismo y que su personalidad es distinta a los modelos impuestos por mamá, papá u otro adulto que lo críe. Entonces, su tendencia no será la de asimilar sentimientos y actitudes del otro, sino más bien la de una oposición para afirmar su naciente personalidad;  es la Etapa Narcisista.

 

 

Lo importante de este momento de desarrollo es comprender el potencial que puede liberar al jugar e imaginar, para crear un universo mágico donde lo real y lo imaginario se mezclan. Aquí es donde el dibujo irá cobrando cada vez más importancia, convirtiendo a los niños en pequeños artistas. El niño querrá en distintos momentos de su día expresarse a través del mismo.

Es necesario brindarle las herramientas más adecuadas para lograrlo, que pueda tener distintos espacios cómodos para vivir el dibujo y grafismo. Tener una mesa y sillas a su altura, para poder tomar sus colores y dejar huella en una base firme y propia a su edad y talla; también una pared donde pueda pintar con libertad sobre un gran lienzo de papel con crayones, extendiendo sus brazos, muñecas y hombros de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo y creando las formas y figuras que quiera representar. El piso forrado con papel le brinda otra experiencia distinta, donde puede moverse, desplazarse en el espacio para encontrar la forma que se busca, siente a un cuerpo más presente e involucrado en la experiencia del dibujo.

La Caja de Arte: Busquen tener una caja de arte donde puedan tener crayones, colores, y marcadores de distintos tamaños y con diferentes propósitos. Al mismo tiempo, asegúrense de que éstos sean seguros, súper resistentes, de deslizado suave que permita un movimiento continuo que genera una melodía cinética y con un diseño adecuado para su edad, como los que integran la gama BIC Evolution; por ejemplo, para los más pequeños los lápices triangulares y gruesos son ideales.

También es esencial que los colores sean vibrantes y llamativos a la vista, pues sabemos que en esos años la diferencia es el color. Así la niña o el niño se sentirá atraído para comenzar a dibujar y colorear, dejando la huella que en ese momento se busca.

 

Laila Anguiano

Terapeuta Infantil y

Psicomotricista

 

 

 

Para más información visita www.bicworld.com

 

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