Aldeas Infantiles SOS llegó a México para proteger y cuidar a los niños

Con metas claras y resultados contundentes es como Aldeas Infantiles SOS celebra 71 años en el mundo y 49 en México. El proyecto nació cuando Hermann Gmeiner fundó la primera Aldea en Imst, Austria, donde buscaba dar hogar a los niños que perdieron a sus familias a causa de la Segunda Guerra Mundial.

El problema de los niños sin acceso a la educación y en situaciones vulnerables no solo es de una época o lugar, por lo que en 1971 gracias al Dr. Manuel Mateos Fournier, se creó en México un Patronato Nacional para construir la primera Aldea Infantil SOS del país.

Baja California, Puebla, Chiapas, Michoacán, Estado de México y Ciudad de México son los estados donde actualmente se apoya a 1,700 niños, niñas y adolescentes, a impulsar su desarrollo y autonomía, mediante el acogimiento en entornos familiares protectores y el fortalecimiento de sus redes familiares, sociales y comunitarias.

Aldeas Infantiles SOS tiene presencia en 136 países de los cinco continentes, a través de los cuales contribuye con más de 500 programas de Acogimiento Familiar, donde los niños crecen en espacios protectores y familiares que garantizan su bienestar físico, emocional y mental.

Desde su fundación ha atendido a cuatro millones de niños, niñas y adolescentes, aunque su meta para 2030 implica crecer la cifra a 13 millones, a través de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre los que se anotan el fin de la pobreza, educación de calidad, igualdad de género, trabajo decente, crecimiento económico, paz, justicia e instituciones sólidas.

La herencia de Gmeiner sigue intacta, ya que en Aldeas Infantiles SOS saben que los niños que han perdido el cuidado de sus padres pueden al vivir en un entorno familiar protector incrementar de manera significativa las posibilidades de restituir sus derechos. Para ser un adulto, primero hay que ser un niño, por ello , cuando los niños y niñas que han vivido en una Aldea crecen, el 90% de ellos ofrece buen cuidado a sus hijos, hasta romper el ciclo de separación y abandono.

De los niños que reciben ayuda alrededor del mundo, gracias a las personas que donan a la causa de Aldeas Infantiles SOS, el 60% tuvo acceso a la educación, desarrolló habilidades para la vida independiente, se incorporó en el mercado laboral y se gana la vida dignamente; el 90% dispone de un lugar donde vivir, acceso a alimentos y goza de una buena salud, con lo que sus necesidades más básicas están cubiertas.

Crecer con amor y protección es una condición que no se puede cuantificar, pero con lleva a experimentar bienestar social y emocional, lo que a su vez aleja la discriminación y el daño.

Porque los niños no son sólo el futuro, son el presente, debemos colaborar para que crezcan con amor y protección en entornos familiares seguros que construyan las bases del mañana.

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